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“LA INDIFERENCIA DE ESOS AÑOS, DE LA QUE YO SOY PARTE, FUE ESCANDALOSA."

Entrevista a CHELA DE FERRARI y LUIS ALBERTO 'PEPO' LEÓN, directora y escritor de LA CAUTIVA, respectivamente.

Publicado: 2016-08-13

La cautiva, estrenada en el teatro La Plaza en octubre del año 2014, ha sido invitada a representar a Perú en el Festival de Teatro Iberoamericano "¡ADELANTE!", organizado por el Theater und Orchester Heidelberg, en Alemania.  La siguiente entrevista será publicada en el libro correspondiente a la edición 2017 del festival alemán.

La obra retrata el sangriento periodo de conflicto interno vivido en el Perú en los años 80, protagonizado por los grupos terroristas y las fuerzas militares. Maria Josefa, una niña de 14 años, despierta en una morgue; su cuerpo sin vida continuará siendo el campo de batalla de ambos bandos.


LA CAUTIVA aborda uno de los episodios más violentos de la historia peruana. ¿Cuál fue tu experiencia con el terrorismo? ¿Qué es lo que te motivó a escribirla?

PEPO: No es que yo haya tenido un espontáneo sentimiento altruista de escribir. La motivación en mí se fue destilando. Tanto Chela como yo compartimos la idea de que existe una deuda. En el momento en el que estaba ocurriendo el terror, estábamos viviendo nuestras propias vidas y no éramos conscientes de la dimensión de lo que estaba sucediendo en lugares no tan lejanos del país. Yo era un universitario que estaba más preocupado en solucionar mis neurosis que mirar a mi entorno. Estuve muy ensimismado. Luego, tuve ese sentimiento de deuda y remisión, que finalmente fue mi mayor motivación.  

CHELA: Una de las inspiraciones de Pepo para escribir es un testimonio de la CVR . Un grupo de soldados –doce o catorce hombres– están violando el cadáver de una mujer decapitada, muerta, al lado del río. ¿Qué hace que estos jóvenes actúen así? Entender y exponer estos asuntos también es una motivación.   

Chela de ferrari, fundadora y directora artística de la plaza

Chela, ¿por qué escogiste esta para ser la primera obra peruana que diriges?
CHELA: La indiferencia de esos años, de la que yo soy parte, fue escandalosa. El cómo vivíamos, cómo hablábamos de lo que sucedía en Ayacucho , cómo lo justificábamos. Muertos todos los días. ¿Por qué no hacíamos algo? No nos importaba realmente: eran ciudadanos de segunda. El nivel de violencia era verdaderamente desbordante. Cuando finalmente tomé consciencia de eso, sentí una doble responsabilidad. Uno: como directora, debía encontrar un texto peruano que hablara de este conflicto. Dos: como programadora cultural de La Plaza , no habíamos abordado el tema del terrorismo. Encontré el texto de Pepo, cuando salió ganador del primer concurso Sala de Parto . Sentí una necesidad, una pulsión de dirigir ese texto, aunque también sentí temor. Es delicado manifestarse sobre el periodo de terrorismo, porque aún hay heridas. Y, por eso mismo, la reflexión sobre el tema se ha visto limitada a determinados espacios. Precisamente ahora vamos a viajar a Alemania, a un país que ha trabajado su memoria de una manera tan profunda y abierta.
Y por qué crees que en el Perú, a diferencia de Alemania, se ha abordado el tema más tímidamente?
CHELA: Quiero creer que tiene que ver con la distancia y el tiempo. Con La cautiva hicimos foros de conversación durante la temporada. Fue increíble escuchar a jóvenes hacer preguntas como “¿Quién era Abimael Guzmán ?” o “¿Qué cosa es un ‘terruco’ ?”. Pero, lo cierto es que estas nuevas generaciones, quienes curiosamente no vivieron el asunto, están tomando interés en comprender y participar del proceso de sanación. Durante una época, en Alemania, el conflicto estaba absolutamente presente en su producción artística. Fue bárbaro lo que se vivió allá; nosotros tendremos que vivirlo.
Claro, hay cuestiones que pueden parecer obvias, como “¿Quién es Abimael Guzmán?”, pero no necesariamente lo son. Por eso, crear espacios de diálogo es fundamental si queremos hablar de una memoria.

CHELA: Sí, es curioso cómo funciona la memoria. Viajamos a Ayacucho antes de estrenar la obra en Lima. Una mujer, después de la función, nos contó que su pequeña hija le había preguntado quién era Abimael Guzmán, su reacción inmediata fue querer pegarle. La sola mención del nombre era algo que ella no podía resistir. ¿Cómo puedes trabajar la memoria cuando estás tan herido? Cuando decidí montar La cautiva en La Plaza, numerosas personas me dijeron: “¿Por qué, Chela? Esto es malo. No lo hagas. Hay que enterrarlo.”. Yo creo que es exactamente lo contrario lo que tenemos que hacer.  

PEPO: Acordarse de esto es reconsiderar nuestra actitud hacia el otro. Uno encuentra el origen de esto en el abuso, olvido, inequidad, ignorancia, racismo. De cada cuatro víctimas, tres eran campesinos. Esas estadísticas te dicen que en este país hubo algo que generó reacciones ultraviolentas.

La Policía, a través de la Dircote , realizó una investigación a LA CAUTIVA por hacer supuesta apología al terrorismo. Esto también es una reacción ultraviolenta.
PEPO: Ellos enviaron un par de agentes para que graben la obra, hicieran anotaciones y se quedaran al foro a intervenir. El problema no fue que ellos vieran la obra; el problema es qué hicieron con la información que recaudaron de la experiencia. La Fiscalía decidió abrir una investigación a partir de lo proporcionado por la Dircote. Un canal televisivo se enteró de esto y la noticia reventó: La cautiva estaba encabezando las noticias. Aunque nosotros pensamos que fue todo una cortina de humo para ocultar ciertos escándalos del Gobierno, no lo podemos decir con certeza.
¿Se vio afectada su libertad artística por este desencuentro con las autoridades?
CHELA: Ese fue un temor que tuvimos. Temimos que esto pudiera producir una autocensura, que yo creo que es la peor de todas. No pasó porque hubo una movilización muy importante para defender a La cautiva como creación de carácter cultural. Nosotros no vamos a dejar de tocar este tema ni otros abiertamente difíciles. Al contrario, estoy convencida cada vez más de que son los temas difíciles los que tenemos que tratar, porque, si no, nuestra reflexión es una frivolidad. 

LUIS ALBERTO LEÓN, AUTOR DE LA CAUTIVA

¿Acaso se ha cuestionado la honestidad de su discurso?

PEPO: No, nunca. Al contrario, el 100% de las víctimas con las que nos hemos contactado han agradecido lo que hemos hecho. Es delicado pensar que estás hablando por otros. “¿Quién eres tú para contarme lo que me pasó a mí?”. No puedo dejar de formularme este aspecto de mi profesión. Uno, sintiendo ese oculto gozo por un texto celebrado, se regodea de placer en el dolor ajeno. No somos el epítome de la ecuanimidad: estoy dispuesto a afrontar cualquier crítica al trabajo. Sin embargo, hicimos lo mejor posible en busca de ser responsables con el tema del que estábamos hablando.  

CHELA: No pude haberlo dicho mejor: suscribo cada palabra. Hemos hecho todo el esfuerzo humanamente posible por ser objetivos. Queremos seguir hablando de este periodo, seguir compartiendo este sensible trabajo. Estamos deseosos por volver a Ayacucho con la obra y viajar por el Perú con ella.


                                                             Entrevista por CLAUDIA VANESA FIGUEROA

                                                                                  Fotografía por MATÍAS ANGULO



Escrito por

Claudia Vanesa Figueroa Muro

Artista multidisciplinar. Investigación y crítica para teatro.


Publicado en

CRITICABLE

Espacio para la crítica, entrevistas y reflexión teatral.